miércoles, 24 de marzo de 2010

Caballo de viento

Para Sakyong Mipham
por el Caballo de Viento

¿Cómo se arrulla al corazón como si fuera un niño
con sus alas inquietas y el latido de lluvia desatada?
¿Cómo se acaricia el polvo de tiempo arrojado en el fondo
del cono invertido, de todos los ayeres del reloj de arena?
¿Cómo se consuela al olvido, al mar de sueños idos sin malicia,
al cristal empañado de utopías que escaparon entre dos parpadeos?
Hay sólo una respuesta tan llena de vacío que me inunda el sentido.
Arrulla el movimiento tan perpetuo, acarician las crines visionarias
y consuela el certero y compasivo camino de transitar la vida
montada en plenitud de bandera ondulante en Caballo de Viento.

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