vaivén de recuerdos
un vino marchito
anclado en el fondo
del mar de mi mente.
Manantial de cielos
llama crepitante
de pasión y apego
de aversión y enojo.
Constante bullicio
de cénits y valles
duales existencias
de ilusión a ciegas.
Tanto he recorrido,
tanto he caminado
y como cenizas
que arrastran los vientos
me miro ya hastiada
del mismo camino.
Estoy decidida.
¡Me voy!
No más parpadeos
de blanco y de negro.
Me siento en el viento.
Lo sé, estoy dormida.
Respira.
¡Despierta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario